sábado, 16 de mayo de 2009

Pequeña molestia

Tenía una piedra en el zapato. Lo que nunca imaginó fue que la piedra tuviera bosques, animales y riachuelos.

6 comentarios:

Rafael Vázquez dijo...

Quiero detenerme especialmente en este minirrelato. ¿Cómo no hacerlo?

Me gustan, ME ENCANTAN, los relatos que nos descubren un mundo infinito detrás de las pequeñas realidades cotidianas. Y este texto lo hace de un modo brillante. ¿cómo desvelar la existencia de un mndo infinito de un modo más sencillo y bello? Imposible.

Para este tipo de textos no puedo ahorrar en elogios.

¿Quién tiene la piedra en el zapato, un hombre, Dios? Poco importa. El cosmos fractal e infinito está ahí. Supongamos que la piedra pertenece al zapato de un hombre. Se habla de bosques, animales, riachuelos.. dentro de ella. Lo hermoso es entonces imaginar que dentro de ese submundo hállanse a su vez piedras con submundos igualmente poblados y complejos en su superficie e interior.

Al mismo tiempo ¿cómo dejar de imaginar que nosotros mismos podemos habitar una mísera piedra en el zapato de algún tipo de dios?

Por todo esto me encanta, Oriana. Y por muchísimas cosas más.

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Después de toda la disquisición anterior me da pena agregar algo. Pero sí, es un hermoso y complejo relato (¡¡!!). ¿Cómo no imaginar todo un mundo después de semejante incitación?

Besos tropicales.

jose rasero dijo...

-Doctor, ¿tengo una piedra en el riñón?
-Mejor lo obviamos, amigo, mejor.
Saludos desde la nave

Claudia Sánchez dijo...

Exquisito cuadro Oriana. Me encantó!
Saludos!

Oriana P. S. dijo...

Muchas gracias Rafa, Txano, José y Claudia por sus comentarios. Me alegra mucho que les haya gustado.

Es increíble cómo una cosa tan simple como la piedra en el zapato de un amigo puede desencadenar tuits, minis, interrogantes, cosas bonitas.

Besos polares.

Javier López dijo...

Lo de menos es la piedrecita en el zapato de tu amigo. Lo de más, es tu capacidad para observarlo y convertirlo en una mini que nos ha hecho disfrutar a todos.