domingo, 21 de junio de 2009

La fuerza de la costumbre

El pequeño puente se rompió. Desde ese momento los habitantes de ambos pueblos, que siempre se ignoraron, comenzaron a echarse de menos.

2 comentarios:

Rafael Vázquez dijo...

Me gustó mucho.
Refleja de algún modo la estupidez y lo absurdo de muchas relaciones humanas. Pueblos que viven pegados (puente pequeño) se ignoran. Sólo cuando la distancia es grande se echan de menos.

Javier López dijo...

Así es Rafa, justo es lo que quise reflejar. Eso y la idea de que ignoramos lo que tenemos fácil, pero si esa misma cosa se torna difícil, entonces empieza a interesarnos. Eso se da en muchas facetas de la vida.