martes, 9 de noviembre de 2010

Con hilos de seda


Paseábamos por el frondoso bosque. Ella tomó un hilo de seda entre los dedos.
—Me encantan las mariposas —comentó.
Cuando la miré para contestar, estaba siendo devorada por una descomunal araña.

Las caravanas de la Ruta de la Seda se mantenían en perfecta formación, gracias a que iban unidas por finísimos hilos.

"¡Qué hermosa está!" —pensó el chimpancé al ver a su compañera antes de la actuación en el escenario del circo, toda vestida de seda.

Pese a que hiciera un frío extremo, las caravanas de la Ruta de la Seda siempre iban acompañadas por hileras de mariposas.

1 comentarios:

Alfredo dijo...

Ese hilo de seda primero fue capullo, alojó una crisálida que se convirtió en mariposa y que antes fue gusano, el gusano nació de un huevo, huevo que puso la mariposa.
Salu2.